domingo, 28 de octubre de 2012

MONTAJE PASO A PASO.










martes, 23 de octubre de 2012

LA PESCA CON AHOGADAS.

Teniendo en cuenta que estamos en España, al hablar de esta modalidad nos adentramos en terreno pantanoso y desconocido, hablando en general, una especie de terra incognita que aun no aparece en nuestros mapas mosquero-piscatorios.

Y es que podría contarse con los dedos de las manos el número de pescadores que sientan predilección por esta modalidad antes que la mosca seca o las ninfas en toda nuestra geografía. No hay más que ver la innumerable cantidad de fotografías publicadas en la red con cajas de moscas y, lamentablemente, en las cajas de moscas españolas, las moscas ahogadas son un bien muy escaso, y muy poco preciado.

Debo decir antes de entrar en materia, que este sistema de pesca, especialmente en su modo más tradicional (down and across, o lo que es lo mismo, hacia abajo y a través, o en diagonal), puede resultar monótono, repetitivo e incluso lento para muchos de nosotros, acostumbrados a pescas mucho más dinámicas. En cambio, una vez que empezamos a acostumbrarnos a él, el número de capturas que nos deparará no tiene nada que envidiar a ningún otro sistema de pesca con mosca, e incluso, personalmente, a mí es el que más truchas me ha dado con diferencia (bajo determinadas circunstancias y escenarios).

Y una última puntualización que me gustaría añadir antes de entrar a analizar condiciones, equipo, técnicas, moscas y demás, es resaltar el hecho de que yo aprendí lo poco que sé de este sistema de pesca en las islas de donde es originario, en las que he estado por motivos diversos, y en las que tuve la suerte de tener una persona paciente y absolutamente dominadora de este sistema que no tuvo ningún reparo en enseñarme los rudimentos básicos. Aquí siempre acostumbramos a ser más papistas que el Papa, pero aun corriendo ese riesgo, me parece un ejercicio obligatorio de respeto ceñirme a lo que me enseñó una persona que solo pesca con moscas ahogadas, y que lleva décadas haciéndolo así.

- EQUIPO.

Pues bien, lo primero que debemos tener en cuenta es el equipo a utilizar. Y aquí, como en cualquier otro sistema, entra en juego el imaginario popular y cuestiones más metafísicas que prácticas. Me refiero a que muchos nos hablarán de que la mejor línea es una seda natural sin engrasar o a que las sensaciones que transmite una caña de bambú para este tipo de pesca jamás las igualará una de carbono. Yo, ante todo, lo primero que busco es practicidad, y si tengo que gastarme cien o doscientos euros en una línea de seda o a saber qué cantidad aberrante de dinero en una caña de bambú, directamente renunciaría a pescar así.

Y de hecho, las modernas cañas de 9'6'' o 10' con una acción progresiva y mucha sensibilidad en la puntera, son perfectas para poder pasar largos ratos pescando con ahogadas sin sentir el más mínimo cansancio, y facilitando mucho la labor de clavado, de la que después hablaremos.

Y en cuanto a las líneas, pues con el rio en unos niveles normales de agua, una línea flotante nos servirá perfectamente, y si se diese el caso de querer pescar una zona más profunda o que el rio esté un poco alto, podríamos recurrir a una intermedia o de punta hundida. En cuanto a los perfiles, la lógica tradicional nos diría que la línea debería ser una DT, por aquello de que estaremos haciendo lances rodados constantemente, pero hoy en día hay líneas WF con perfiles que permiten hacer rodados con una sencillez pasmosa, y yo, desde luego, no conozco a demasiados pescadores capaces de hacer un rodado dinámico con una caña de una mano y de líneas ligeras manejando una cabeza de once o doce metros y disparando además otros cuantos metros más de línea; así pues, no nos compliquemos, nuestra línea flotante habitual nos servirá perfectamente.

En lo que al bajo de línea se refiere, podríamos dar docenas de recetas, pero como siempre digo, esto es un ejercicio más bien inútil, puesto que no todos lanzamos igual y no a todos nos gusta el mismo comportamiento en nuestro bajo de línea, así que en este caso la cuestión fundamental es comprender por qué un bajo se comporta de un modo u otro, y teniendo en cuenta nuestra habilidad como lanzadores, adaptar nuestros bajos de línea a nosotros mismos y desterrar esa idea equivocada de tener que adaptarnos nosotros al diseño del bajo de línea de tal o cual afamado pescador, que puede ser perfecto para su forma de pescar, pero también puede estar completamente contraindicado para cualquiera de nosotros. Sí es importante llegados a este punto saber que una longitud estándar podría estar entre los 350 y los 500 cm y que variará en función de si queremos utilizar una, dos o tres moscas. Y que por supuesto ha de ser un bajo lento, perezoso, ya que hablamos de un sistema de pesca pausado que exige la misma delicadeza en las posadas que nos puede exigir la pesca con mosca seca, pero donde podremos permitirnos descuidar un poco nuestra precisión, ya que en muchos casos será la propia corriente la que colocará nuestras moscas en el lugar más indicado.

No necesitaremos terminales excesivamente finos, pudiendo pescar cómodamente con un 0/12 o un 0/14. Y la separación entre las moscas podríamos dejarla entre los 35-40 hasta los 60-65 cm, dependiendo de si utilizamos dos o tres moscas, y al margen de lo que las reglas de la competición establezcan (reglas que ni conozco ni me interesan).

- MOSCAS.

Y como decía unas líneas más arriba, llegamos aquí a la cuestión capital: ¿Cuantas moscas utilizo? Pues bien, en mi modesta opinión creo que lo más indicado son dos, ya que nos permite pescar con un bajo de longitud media, disminuimos el número de posibles enredos (respecto a tres moscas) y aumentamos el porcentaje de posibles capturas (respecto a una mosca).

Dicho esto, me gustaría puntualizar que mi recomendación personal para todos aquellos que nunca hayan pescado así sería utilizar una única mosca hasta irse habituando a realizar rodados constantemente a una distancia de entre seis y quince metros; y que en el caso de que estemos pescando aguas paradas (lagos, reservorios, pantanos...), tres moscas será la combinación más adecuada, pudiendo conjuntarlas además con quironómidos (larvas o emergentes suspendidas) e incluso con alguna mosca seca que mantenga nuestras ahogadas en una profundidad concreta.

Y en cuanto a los modelos en sí, pues muy sencillo. Podríamos dividir las imitaciones en varias categorías: ahogadas clásicas (con o sin alas en secciones de pluma), soft hackles, spiders, emergentes de diversos tipos, ahogadas de León, ninfas sin lastrar e incluso algún pequeño micro-streamer (no necesitamos complicarnos la vida con términos como diawl-bach, dabblers, snatchers, etc.).

De hecho, mis ahogadas están tan simplificadas que las he reducido a un único patrón, con unas pocas variantes. En anzuelos especiales para ahogadas (esto es importantísimo) en tamaños del #10 al #14 monto un cuerpo en dubbing de foca natural y una hackle blando en perdiz pardilla o brahma hen, utilizando solamente cuatro colores para el cuerpo en dubbing de foca: oliva, amarillo pálido, naranja y claret. Algunas de las moscas las brinco con un tinsel mirage o algún color de flashabou, y otras van directamente sin brinca o con una sencilla brinca en cobre o tinsel redondo dorado o plateado. Siempre procurando que el cuerpo tenga movilidad, lo que conseguiremos montando el dubbing flojo o cardándolo (o como yo prefiero en el caso de moscas sin brincar, separando las hebras del hilo de montaje con ayuda de una aguja o alfiler e introduciendo los pelos de foca antes de formar el cuerpo de la mosca con el hilo). En el caso de montar alguna mosca más pequeña suelo utilizar dubbing de ardilla o liebre y plumas de cuello de gallina o de estornino para el hackle.



Y sea cual sea el material que utilicemos para el hackle, lo máximo serán dos vueltas, por ridículo que nos parezca. Si cargamos en exceso la mosca, ya sea en el cuerpo o en el collar, solo conseguiremos que se vaya apelmazando con cada nuevo lance, perdiendo movilidad, transparencia y atractivo.

Por supuesto en lo que a las moscas se refiere no hay límites, yo utilizo estas porque después de probar bastantes han sido las que mejor me han funcionado. Quien prefiera modelos más elaborados tipo Alexandra o clásicos como la Wickham's Fancy o pupas hundidas de LaFontaine o ahogadas con pluma de León, que cada uno utilice aquello en lo que confíe.



- TÉCNICA.

El número de posibles variantes en presentaciones y lanzados, como en cualquier otro tipo de pesca, es amplio. Al tratarse éste artículo de una introducción para no iniciados nos centraremos en el sistema clásico: down and across.

Bien, por ejemplificarlo de alguna manera podríamos decir que si imaginamos a un pescador de salmón, pescando aguas abajo, con sus spey y sus mendings, nos acercaremos a la situación que intentamos describir.

Esta es una pesca a realizar aguas abajo, lanzando hacia la orilla contraria en diagonal, dejando que la fuerza de la corriente sitúe nuestra línea y haciendo las correcciones precisas para mantener la tensión, que es el aspecto más complicado, ya que deberemos tener la tensión necesaria para que el clavado se produzca prácticamente de forma automática, y al mismo tiempo, que la línea no arrastre en ningún momento nuestras moscas para que estas tengan una deriva libre y completamente natural.

Personalmente recomendaría empezar a practicar en tramos de rio con tablas de corriente uniforme o bien en la cabecera de algún pozo avanzando poco a poco hasta llegar a su cola. Siempre será conveniente pescar desde la orilla más somera, ya que de este modo, lanzaremos a la orilla con más corriente, que extenderá nuestra línea permitiendo a nuestras moscas prospectar las posturas de la orilla contraria y hacer un barrido cubriendo la zona central del rio hasta llegar a nuestra propia orilla, donde podremos encontrar alguna trucha apostada justo al borde de la corriente principal que tomará confiada nuestras moscas, o a la que podremos estimular levantando ligeramente la puntera de la caña para imprimir cierto movimiento de emergencia a nuestras moscas antes de realizar un nuevo lanzado.

Si conseguimos mantener la tensión adecuada el clavado se producirá solo, debiendo únicamente levantar con suavidad la puntera de la caña para afirmarlo antes de comenzar la pelea. Cualquier movimiento brusco desencadenará en rotura de nuestro terminal, y pérdida de la mosca y el pez, en la mayor parte de las ocasiones.

Considero además que este es un magnífico sistema de pesca para principiantes. No porque sea el más sencillo de todos los posibles, sino porque nos dará capturas con cierta facilidad y al mismo tiempo, viendo en lugar y momento en que esas capturas se producen, aprenderemos a leer el rio y a sacar conclusiones que nos serán muy provechosas cuando queramos pescar a seca, a ninfa, en tándem, etc.

- CONSIDERACIONES FINALES.

Podríamos estar escribiendo sobre la pesca con moscas ahogadas durante eones, ya que lleva siglos practicándose, y el mismo número de mitos y leyendas que por aquí sufrimos con los dichosos hilos, por poner el ejemplo más claro, los tienen por allá, hasta el punto de llegar a situaciones completamente absurdas, como que después de comprar una piel completa de estornino haya quien afirme que solo unas seis o siete plumas son válidas para montar ahogadas (por cierto brillo en el haz de la pluma similar al del pavo real) o que si no posees plumas de ciertas aves tus spiders jamás serán eficaces.

Pero mitos aparte, la realidad es que este sistema de pesca es uno de los más eficaces, y en los rios españoles más si cabe que en otros países de nuestro alrededor. Primero, nos permite hacer presentaciones absolutamente naturales en las que lo primero que ve el pez suele ser la mosca y esta llega arrastrada por la corriente a medias aguas del mismo modo que las naturales, y añadiendo además una movilidad irresistible en el caso de utilizar soft hackles. Segundo, ahora que se aproxima el tiempo de intensivos y de pescar, en muchas ocasiones, bajo la superficie, ya sabemos lo que pasa en los intensivos en cuanto han visto pasar unas cuantas docenas de bolas metálicas ante sus ojos. Es decir, como lo utiliza muy poca gente, todos sabemos que a veces lo más eficaz es lo menos habitual o lo más sorprendente.

Y he dejado al margen otros sistemas como la pesca aguas arriba, la utilización de ahogadas con secas o ninfas o la pesca con ahogadas en aguas paradas por merecer quizás un capítulo aparte cada uno de estos apartados, o por su mayor dificultad en la presentación, detección de la picada y el clavado; así que como esto es una invitación a probar algo distinto, mejor empezar por lo más sencillo.

Resumiendo, para aquellos que gusten de la pesca reposada, no carente de capturas (en muchos casos muchas capturas) y de experimentar cosas diferentes, o en definitiva, aprender, no me queda más que invitaros a que montéis un par de docenas de ahogadas, que son sencillas de montar y con materiales de lo más económico, que preparéis un par de bajos de línea y que os acerquéis a alguna tabla sin actividad aparente para hacer una prospección muy a fondo, veréis como la prospección resulta exitosa.