jueves, 19 de enero de 2012

MOSCAS PARA PESCAR AL AGUA: Tricóptero de ciervo y cdc.

Pues aunque el nombre y la apariencia puedan llevarnos a pensar en la variación de la elk hair caddis creada por Hans Weilenmann (http://www.danica.com/FLYTIER/hweilenmann/cdcelk.htm) la verdad es que la forma de montaje y materiales difiere un poco. En todo caso se trata de una de esas moscas que pueden pescar en cualquier circunstancia general y que no están especialmente recomendadas en algunas circunstancias concretas.

La idea básica para esta mosca es poder utilizarla en tramos de aguas movidas, independientemente del tipo de rio, y que la combinación de una silueta sugerente y una gran movilidad y flotabilidad despierte el interés de las truchas a la primera pasada y facilite nuestra pesca reduciendo los secados de la mosca y permitiéndonos verla fácilmente. Ya anticipo que no es una mosca para repetir más de dos lances en cada postura. Así como una emergente en oreja de liebre y cul de canard puede permitirnos más alegrías, en el caso de este tricóptero esto no es así.

De hecho tiendo a utilizarlo en aquellos lugares donde me interesa recorrer muchos metros en poco tiempo. Imaginemos por ejemplo un tramo que conozcamos con 500 metros de corrientes y pequeños saltos entre dos zonas de aguas mas calamadas y pozos. Lógicamente las posibilidades de engañar alguna trucha de mejor tamaño serán mayores en los pozos y las tablas que en la zona de corrientes y pequeñas chorreras, pero no tenemos porque descartar esa zona de corrientes. Simplemente adecuaremos la técnica y la imitación a las características de la zona para sacar mayor partido a cada parte del rio.

Y para estas situaciones, una de las ventajas de esta mosca es que pesca de muchas formas diferentes. Como una seca estándar, podemos utilizarla en tándem con una ninfa, en tramos de montaña puede pasar por un pequeño saltamontes, incluso rayando en la superficie provoca picadas y tampoco debemos descartar la posibilidad de lanzar con ella aguas abajo dejando que se hunda, que la propia corriente la mueva o recoger a pequeños tirones haciendo que se hunda y salga a flote (no voy a entrar en todo eso de la forma de poner los huevos según qué especie de tricópteros porque creo que a veces nos complicamos demasiado la vida, para eso ya están la sub-sedge, la popa caddis y demás).

No es una mosca mágica desde luego, pero si es versátil, práctica y fácil y rápida de montar:

Anzuelo: Hanak 130 BL #14.
Tag: Antron yarn chartreuse (o naranja o rojo).
Cuerpo: Hare ice dubbing brown.
Alas: Cul de canard marrón claro y pelo de corzo.
Hackle: Falso hackle de pelo de oreja de liebre.


viernes, 13 de enero de 2012

CELEBRANDO LAS 15000 VISITAS!!

Pues allá van otras 5000 visitas más al blog, y como ya es habitual habrá sorpresa para alguno de los seguidores :-D

Pero esta vez no va a haber sorteo, esta vez hay premio a la fidelidad. Así que se van a ir para León un puñado de moscas secas, porque el agraciado monta unas ninfas cojonudas pero es un perezoso de dos pares de narices (o huevos) para montar secas, así que todo sea por ahorrarle parte del trabajo.

Y se van para León por haber sido el "follower" que más comentarios ha hecho a las publicaciones del blog durante todo 2011.

A mediados de la semana que viene las tendrá usted, sr. Revuelta.

Un saludo a todos, y gracias por sacaros un ratito para pasaros de vez en cuando por aquí :-)

PD. Espero haber contado bien lo de los comentarios!! Ya repasaré mañana, pero vamos, las tuyas no se anulan ya.

MOSCAS PARA PESCAR AL AGUA: La hormiga.

La hormiga es otra de mis moscas fundamentales para pescar al agua. Desde principios de mayo hasta final de temporada es una de las opciones preferentes cuando no hay actividad, dependiendo claro está del tipo de rio, condiciones metereológicas. hora del día, etc. Y me refiero a la hormiga sin alas, mucho más versátil que su compañera alada.

Pero como sobre las hormigas ya escribió en su día un magnífico artículo Aitor Coterón, voy a limitarme a transcribir las anotaciones que hice cuando leí el artículo y que guardo en mi cuaderno de "apuntes de pesca":

- Las hormigas aladas solo constituyen el 10% del total de la población de himenópteros y solo abandonan los hormigueros entre mayo y septiembre para reproducirse, por ello, serán mucho más importantes en acción de pesca las imitaciones de obreras.
- Cuanto más ancho sea el cauce del rio menos efectivas serán las imitaciones de hormigas, nos centraremos en las orillas, donde mas posibilidades hay de que una hormiga caiga al agua.
- Las cebadas a las hormigas suelen ser esporádicas, suaves y sin apresuramiento. Atención a zonas bajo la vegetación, orillas o cualquier otra especialmente querenciosa.
- El tamaño de las hormigas varía entre 2 mm y 25 mm, por lo que las truchas no suelen mostrarse especialmente selectivas con el tamaño. Si se trata de una caída de hormigas aladas sí será importante prestar atención al tamaño y el color.
- Pueden salvarnos los complicados mediodías del caluroso verano prospectando las orillas sombreadas. Para una trucha que esté atenta a la superficie la caída de una hormiga es lo más natural (intentaremos posar con un puntito de leve brusquedad simulando la caída de una natural).
- Muy importante será el nivel de flotación. Las hormigas, a pesar de tener una densidad menor que la del agua, perforan la película, así que su imitación ha de flotar baja.
- Evitaremos el uso de flotabilizador en el cuerpo de estas imitaciones y el hackle no será demasiado poblado.
- Las hormigas más pequeñas no llegan a traspasar la película, por lo que sí podríamos usar flotabilizador.
- Los diseños paracaídas sitúan la imitación en el nivel de flotación perfecto y, además, podemos variar el color del poste para adaptarnos a las diferentes condiciones de visibilidad.
- Los tamaños más habituales están entre un #14 y un #26.

Así que muchas gracias Aitor por tu magnífico artículo sobre las hormigas del que me he permitido sacar estas pequeñas pinceladas.

Y ya a título personal diré que utilizo tres colores para el poste, blanco, naranja fluor y negro (este último es fantástico para cuando tenemos brillos y reflejos sobre la superficie del agua).

Y el montaje de la foto se ha realizado en un anzuelo Tiemco 900 BL del #18 con dubbing Stalcup's microfine negro, hackle grizzly y un poste en hilo de polipropileno naranja extraído de una cuerda para descenso de cañones, que presenta una textura y un color que no he podido encontrar en ningún material de montaje, y una alta flotabilidad ya que estas cuerdas son flotantes.

jueves, 12 de enero de 2012

MOSCAS PARA PESCAR AL AGUA: Oreja de liebre + cdc.

En realidad es una mosca para pescar al agua, sobre cebada, en tramos altos, medios o bajos... Para mí es el comodín fundamental. Fácil y rápida de montar, desde el #14 al #20, en varios colores... No, esto último ya no!!!

En mi afán por reducir al máximo el número de moscas y el número de cajas hace ya un buen tiempo que decidí que se acabó eso de montar mis orejas de liebre en color natural, oliva, oliva dorado, gris, marrón óxido, etc. Finalmente he optado por hacer una mezcla con un 20% de ardilla gris, un 40% de oreja de liebre natural y un 40% de oreja de liebre oliva, dando como resultado final uno de esos verdes tipo 431 que resumen en un solo color casi todos los verdes de la temporada. La variación en tamaños la mantengo, eso sí, e incluso monto algunas en paracaídas o con hackle y alitas al modo tradicional (estas cada vez menos).

Es la primera mosca que ato a mi terminal si pretendo pescar a seca en un lugar donde nunca he pescado (e incluso en muchos de los lugares que pesco a menudo). Siento devoción por las moscas peludas, lo admito, llegando al punto de limar a conciencia mis propias moscas montadas con sedas y rayones, y haciendo mezclas casi imposibles de todo tipo de materiales, que seguramente no me harán pescar más, pero llenan de entretenimiento alguna aburrida tarde del invierno.

Así que sin más, aquí está una de las moscas fundamentales para pescar al agua, y para pescar en definitiva. Aquí está nuestra protagonista montada en un Hanak 100 bl del #20, con la mezcla de pelos anteriormente referida y con cul de canard kaki para las alas:



viernes, 6 de enero de 2012

PESCANDO AL AGUA. Tácticas y escenarios: Tramos bajos y rios grandes.

Y para acabar con el pequeño análisis de los diferentes escenarios en los que podemos pescar al agua y como afrontar este tipo de pesca en cada uno de estos escenarios, nos centraremos ahora en los tramos que, para mi gusto, mas feos son de pescar al agua, y en los que menos probabilidades de pasar una jornada entretenida tendremos.

Nos encontramos ahora ante rios de cierto tamaño, bien porque sean rios de esta entidad durante buena parte de su recorrido o porque nos encontremos en su parte mas cercana a la desembocadura. Para hacernos una idea el tamaño mínimo desde el que partir sería algo así como el Caudal en Mieres, y teniendo dentro de este grupo ejemplos como el Esla, Porma, Cares, Nalón, Narcea, Miño, etc.

Llegar a un rio de unos 25-30 metros de anchura, o más, y ver que la actividad es nula, que ante nosotros tenemos una tabla con una corriente uniforme y sin ninguna postura clara por la que empezar, puede resultar frustrante y descorazonador en muchas ocasiones. Como digo, en mi caso particular, no acostumbro a pescar al agua con mosca seca en este tipo de escenarios, recurriendo preferentemente a un par de ahogadas pescando aguas abajo y en diagonal para cubrir la mayor cantidad de rio posible (o un par de pequeños streamers, un tandem seca-ninfa, etc.). Pero como a veces las otras técnicas tampoco nos dan mucho resultado, no está de más tener unas cuantas cosas en cuenta para, al menos, saber por donde empezar.

Tenemos dos posibilidades básicas por las que optar:

- 1) Marcarnos nuestro propio "mini-rio" de unos pocos metros de anchura e ir avanzando aguas arriba concentrándonos en interpretar lo mejor posible todas las señales que vayamos viendo en ese canal de agua en el que hemos decidido centrarnos. Tendremos también en cuenta alguno de los puntos que ya hemos visto en otro tipo de rios: elegiremos preferentemente, y si las condiciones de vadeo lo permiten, pescar cerca de una orilla (y contra ella), que a menudo nos ofrecen buenos refugios para las truchas. Y la orilla elegida será aquella que haga que nuestra propia sombra se proyecte hacia el centro del rio para no provocar recelo en alguna de las truchas que podamos encontrarnos "en postura".

Si elegimos esta opción nos olvidaremos completamente de cualquier cebada esporádica que podamos ver fuera de nuestro propio canal. Si empezamos a desviarnos lateralmente, volver la vista atrás o acelerar el paso por cada cebada solitaria que veamos acabaremos por volvernos locos disminuyendo mucho nuestras posibilidades de pesca (aunque parezca lo contrario). Si empiezan las cebadas porque vamos a vivir un periodo de actividad de nada nos servirá corretear detrás de cada trucha que decida llevarse un insecto a la boca. Será entonces el momento de abandonar la pesca al agua, salirnos del rio, comprobar el estado y composición de nuestro bajo de línea, quizás de evacuar nuestra vejiga, cambiar de mosca si ya podemos intuir cual será la apropiada, elegir una zona que nos parezca propicia para cuando la actividad empiece a ser importante y posicionarnos en el mejor lugar posible dentro de esa zona elegida.

- 2) La otra opción sería quedarnos en unos 150-200 metros de rio e intentar pescar ese tramo en toda su anchura, avanzando aguas arriba por las orillas, pescando aguas abajo o lateralmente la parte central... En fin, aprovechando todas las opciones para cubrir la mayor cantidad posible de agua y siempre desde posiciones que faciliten y favorezcan una correcta presentación de la mosca.

Para decantarnos por una u otra opción tendremos en cuenta nuestro conocimiento del escenario a pescar, la probabilidad de que se produzcan eclosiones o puedan producirse según avance la jornada, las posibilidades de tener que compartir el tramo con otros pescadores, la climatología concreta del día, etc.

De nuevo el bajo de línea y nuestra habilidad para lanzar jugarán un papel fundamental, especialmente en estos tramos, donde podremos permitirnos derivas larguísimas siempre que no apreciemos dragado en nuestras moscas. A veces, la falta de referencias propia de estos tramos, dificulta mucho nuestra percepción respecto al dragado de la imitación. A mí personalmente me gusta montar un bajo lo mas largo que me vea capaz de manejar y acorde a las condiciones del tramo y el viento, y antes de comenzar con la pesca en sí misma realizar unos cuantos lanzados para ver si el terminal es demasiado largo o puedo alargarlo aun más y como responde frente a la corriente de dicho tramo. Un truco muy útil para analizar la deriva de nuestra imitación es posar junto a cualquier pelusilla u hojita que veamos flotando en el agua, y comparar la velocidad de deriva de la mosca respecto al objeto que hayamos escogido para hacer la comparación. No es difícil notar los dragados en los que la mosca raya en la superficie o se desplaza claramente más rápido que la corriente arrastrada por la línea; pero hay cierto tipo de micro dragados imperceptibles a simple vista que provocarán rechazos (que a veces ni siquiera detectamos) y es este un buen truco para analizar nuestro bajo de línea.

Y en lo que a moscas se refiere, en este caso, mi elección personal son los sempiternos tricópteros de León para zonas con mas corriente; y las emergentes de efémera en tamaños pequeños, orejas de liebre con cul de canard o pequeños dípteros negros y oliva para pescar las zonas mas lentas. Si voy a centrarme en alguna orilla de nuevo aparecen hormigas y escarabajos.

Como decía al principio, son estos tramos los que menos me gusta pescar al agua, y habitualmente prefiero hacer garita durante horas antes que andar cansándome y pisando la zona de pesca, y más teniendo en cuenta que en mi caso este tipo de rios suelen ser las zonas libres de Narcea, Nalón y Cares de mayo a agosto, por lo que la afluencia de pescadores no suele permitirnos ir de allá para acá pescando cómo, dónde y cuando más nos apetezca.

La opción por la que yo me he decantado los últimos años es por despreciar absolutamente los serenos (cada vez mas cortos y escasos, por cierto); acudir cada vez menos al amenecer y sí acercarme al rio en esos mediodías de verano con un sol de justicia en todo lo alto, el rio cortísimo de agua y nadie más en el rio. Claro, esto es fácil teniendo la ventaja de la proximidad del domicilio (ventaja que ya no tengo) y un conocimiento profundo de las diferentes zonas del rio y la capacidad de ir desplazándose de una zona a otra, pero a veces, incluso sin conocer en profundidad la zona, tendremos mejores resultados teniendo todo el rio para nosotros aun siendo en una hora aparentemente mala, antes que acercarnos a un sereno para tener un pescador diez metros aguas arriba y otro diez metros aguas abajo.

Yo al menos lo tengo claro, prefiero disfrutar del rio aun siendo a una hora horrible que vivir uno de esos serenos-romería que tanto abundan en alguna zona libre de ciertos tramos...

jueves, 5 de enero de 2012

PESCANDO AL AGUA: Tácticas y escenarios. Tramos medios y rios de mediano tamaño.

Cuando pescamos algún rio de tamaño mediano o un tramo medio de algún rio de mayor entidad nos encontramos en el escenario ideal para pescar al agua, siempre que no haya momentos de actividad.

Para entendernos, podríamos incluir en este tipo de tramos aquellos donde las aguas discurren sin grandes sobresaltos, con una anchura del cauce de entre 6 y 15 metros y una vegetación que no impide para nada el lance y salvo algún pozo o zona concreta el rio es vadeable en su totalidad.

Se me ocurre, por citar algún ejemplo, el Nalón en Laviana, el Ucero, algunos tramos del Sil o el Luna, el Irati según nos aproximamos a la cola del pantano, el Pigüeña, el Aller, etc. Pongo los ejemplos únicamente para aclarar el tamaño medio del tipo de rio en el que ahora centraremos el análisis, ya que entre todos estos ejemplos los enfoques serían bien distintos, pues poco tiene que ver el Ucero con el Irati.

No nos encontraremos en estos ríos con ninguna limitación en lo que al equipo se refiere, salvo las que nos impongan nuestros propios gustos y manías. En mi caso particular utilizo una caña de 9'6'' y línea #4 que es mi estándar para cualquier circunstancia (excepto cuando resulta demasiado larga a tenor del tamaño y lo enmarañado del rio). Creo que es una medida perfecta porque se adapta a cualquier técnica de pesca que queramos practicar.

Toca enfrentarse a truchas acostumbradas a una mayor presión de pesca, mas desconfiadas y de un tamaño medio mayor que en los ríos de montaña. Nuestro caballo de batalla particular, como en todos los casos, será el control de la deriva y evitar el dragado. Al encontrarnos en ríos de cierta entidad nos resultará más sencillo buscar alternativas que sirvan para paliar nuestros problemas con el lanzado. No es una idea descabellada dejar sin pescar alguna postura para hacer una aproximación aguas abajo si pretendemos pescar la otra orilla y no estamos seguros de poder conseguir una deriva correcta mediante un lanzado de presentación.

Personalmente tiendo a abusar de los bajos excesivamente largos, pero en este tipo de escenarios empieza a ser imprescindible un bajo de unas dimensiones mínimas. Con un terminal, si cabe, incluso más largo que cuando pescamos a trucha vista. Y me explico. Si estamos pescando a pez visto o sobre cebadas el lugar dónde queremos que nuestra mosca derive correctamente puede llegar a reducirse a un círculo de unos 100 cm de diámetro. Cuando pescamos al agua, sin abusar de las derivas excesivamente largas, a veces nuestra mosca debe derivar unos cuantos metros por una vena de corriente, porque en cualquier parte de esa vena podemos tener una picada. Así, a mayor longitud del terminal, más metros de deriva libre de dragado conseguiremos.

Creo que dar modelos concretos de bajos de línea no tiene mucho sentido, puesto que dependiendo de cómo lancemos y de nuestras preferencias a la hora de pescar el modelo que a mí me resulta perfecto puede ser un quebradero de cabeza para cualquier otro pescador. Aun así, mi bajo estándar para este tipo de ríos tiene una longitud total de unos 550 cm, y estaría formado por un cónico de 360 cm terminado en un 0/20, al que le añado otros 30 cm del 0/20, 40 cm del 0/18, 30 cm del 0/15 y un terminal de unos 150 cm más o menos. Podríamos denominarlo como un bajo descentrado de desarrollo lento, pero como ponerse tan técnico suele conllevar ciertos líos y, además, puede sonar pedante, prefiero decir que la parte cónica se va a extender perfectamente mientras que el terminal y los tramos inmediatamente anteriores tenderán al apilamiento, permitiendo que la mosca derive libremente mientras la parte más delgada del bajo de línea se va "desenrollando".

Son estos unos ríos preciosos de leer. Nos encontraremos todo tipo de posturas: tablas de corriente moderada, chorros, pozos, orillas con escalón, vegetación sumergida, troncos caídos... Mi aproximación a estos tramos de rio se basa siempre en la elección de cualquiera de las dos orillas dependiendo exclusivamente de la posición del sol para asegurarme de no proyectar sombras sobre el rio. No olvidemos que hablamos de un ancho máximo de unos 12-14 metros, por lo que podremos llegar a la orilla contraria sin ningún problema (otra cosa es evitar el dragado si pretendemos lanzar al través del río y la corriente central arrastra toda nuestra línea). Lo que más efectivo me ha resultado es pescar primero mi propia orilla, descartar la zona central más profunda donde la corriente es más fuerte pero poner especial atención a esa vena que marca el límite entre la corriente central y la parte más remansada de las orillas, y por último avanzar un poco hacia el centro del cauce para pescar la orilla contraria (o pescarla aguas abajo desde mi propia orilla mediante lanzados apilados o serpentinas). Y por supuesto, dedicar un par de lanzados extra a todas las zonas que mencionábamos un poco más arriba (árboles caídos, orillas que ofrezcan buen refugio, etc).

Y en lo que a moscas se refiere mis elecciones más habituales serán las emergentes de bétido u orejas de liebre en cul de canard, los tricópteros en pluma de León con el cuerpo en liebre natural u oliva y hackle en barred ginger, de nuevo las impenitentes hormigas sin alas y quizá algún escarabajo si estamos en zonas donde las eclosiones no sean muy abundantes por norma general o para prospectar alguna orilla que nos parezca interesante, y, por supuesto, mi queridísima emergent sparkle pupa.

Y como decíamos al principio, en estos tramos nos encontramos ya con truchas más desconfiadas, por lo que deberíamos tener en cuenta algunos trucos para evitar los rechazos o para conocer su causa:

- Si el rechazo es inmediato generalmente se deberá a una imitación poco adecuada con un tono y un tamaño inapropiados, o a algún tipo de problema con el bajo de línea (siempre atentos a controlar el rizado).

- Si el rechazo se produce en el último instante generalmente tiene que ver más con el tamaño de la mosca o con el grosor del nylon que con ninguna otra cosa.

- En mi experiencia, los tricópteros son más efectivos para pescar al agua que las efémeras. Es más habitual ver revoloteando tricópteros solitarios y además, no son extrañas las ocasiones en que las truchas toman los tricópteros aun rayando la superficie, e incluso hundidos, y no deberemos descartar tampoco provocar cierto rayado al final de alguna de las derivas antes de levantar la mosca.

- Controlar la distancia de lance hacia las posturas que queremos pescar para que el pez no nos detecte es también fundamental.

Y como en todas las ocasiones, experimentar, a veces haciendo algo poco habitual es cuando obtendremos la picada, y no descartar ninguna postura, a veces lugares que aparentemente alojarían a una pequeña truchilla debido a la falta de refugio esconden un buen ejemplar que aprovecha el gran flujo de alimento que lleva hasta allí alguna microcorriente juguetona.

miércoles, 4 de enero de 2012

PESCANDO AL AGUA: Tácticas y escenarios. Rios de montaña.

En lo que a la técnica se refiere, pescar al agua no tiene mucho más misterio que desarrollar cierto sentido del agua y tener un mínimo dominio del lance para posar donde queremos y lograr una presentación eficiente (algo que puede llevar toda una vida, o varias, aun teniendo poco misterio).


Es en la parte táctica donde deberemos tener en cuenta que cada escenario requiere un enfoque diferente, ya que no es lo mismo tener que pescar al agua en Triollo que en Toraño.


- Pesca al agua en rios de montaña.


1) Rios abiertos.


No quiero extenderme mucho tiempo en este punto ya que mas adelante dedicaremos todo un mes a los rios de montaña. Sin embargo tampoco quiero dejar pasar la ocasión para dar unas leves pinceladas que nos permitan manejar unas cuantas nociones básicas.


Lo primero a tener en cuenta es que dentro del ámbito de la alta y la media montaña podremos encontrarnos dos tipos de rios bien diferenciados, con puntos en común y diferencias abismales. Por un lado tenemos aquellos cauces que discurren entre praderas o en zonas más bien rocosas, cuya característica básica es que en general estaremos en terreno despejado, sin demasiados obstáculos que dificulten el lance. Por otra parte, nos encontraremos también rios más enmarañados y cerrados, donde la mera aproximación a la postura antes siquiera de realizar un lance ya supone un desafío en sí mismo.


En el primer caso, en aquellos rios donde no haya demasiados obstáculos, estaremos mucho menos limitados en lo que a la elección del equipo se refiere, y pasaremos gran parte de la jornada pescando de punta, motivo por el cual nos beneficiará el uso de cañas más bien largas que nos permitan controlar la deriva de la mosca sin que el bajo apenas toque el agua y hacer continuamente lances de "posado y levantado". Si tuviese que decir cual sería la técnica idónea para estas condiciones diría que la pesca a la allerana con vara larga es lo mas indicado, pero como aquí hablamos de pescar con sedal pesado nos olvidaremos por el momento de las paisanas y la vara larga. Teniendo en cuenta la ligereza (y la sensación de ligereza) de muchas cañas actuales no es descabellado plantearse el uso de cañas de alrededor de 10'. Evitaremos estar todo el día con el brazo estirado y lo agradeceremos según vayan pasando las horas.


Los bajos de línea deberán ser lo más largos que podamos manejar, ya que el peso de la línea cuando pesquemos de punta hará retroceder el bajo por las anillas fastidiándonos constantemente. Una forma de solucionar esto es alargar el bajo. Otra forma es jugar con los ángulos de inclinación de la caña. También podríamos añadir una anilla adicional, pero personalmente aborrezco esta opción. La longitud del bajo nos la marcará el viento, nuestra capacidad de lanzado y los problemas de dragado que vayan surgiendo. En general opino que siempre merece más la pena modificar el bajo antes que cambiar de mosca, pero en estos escenarios esto no es una opinión, es una obligación.


Aun así, la parte fundamental en este tipo de rios, que además suelen ser bastante escalonados, es posar nuestras moscas en aquellas posturas donde creamos que puede estar alguna trucha esperándonos. Recomiendo aquí un instante de observación antes de realizar el lance. Un breve análisis del remolino que se forma junto a aquella piedra y una interpretación correcta nos permitirá un primer lance mas eficaz, y hablamos de truchas muy poco selectivas, pero muy asustadizas y que rara vez suelen dar una segunda oportunidad.


Y al hilo de la escasisíma selectividad de las truchas de estos tramos podremos tomarnos la libertad de usar moscas de cierto tamaño y siempre con elementos que faciliten su visualización. Si estamos hablando de que pocas veces tendremos segundas oportunidades no podemos permitirnos perder la mosca de vista entre la espuma. Particularmente prefiero imitaciones de efemerópteros en un #14 o #16 montados en paracaídas, los colores que mas me gustan para el cuerpo son los salmones (El Molino 236), los teja (La Paleta 3322, Gütermann 221 o alguna tintada del 614 para conseguir algo intermedio entre un teja y un tabaco) y los amarillos pálido-cremosos (Gütermann 578, 3 y similares). Los tricópteros en tonos rojizos o anaranjados en tamaños del #14 y #16 con indio rubión, pardo encendido o corzuno rojizo serán también indispensables. Y si la zona en la que nos encontramos es una zona de pastos o praderas serán obligatorias las imitaciones de terrestres: escarabajos, hormigas y saltamontes. Si a esto añadimos algún montaje más o menos clásico como una MP81, alguna Klinkhammer o Royal Wulff tendremos el camino andado en lo que a moscas se refiere.


Pero insistiendo en lo anterior, y mas allá de las moscas, lo mas importante será la selección de los lugares a los que lanzar. Habitualmente nos encontraremos con truchas de pequeño tamaño, y si en general es importante saber identificar las mejores posturas, aquí será además fundamental identificar las posturas de trucha grande, que por desgracia serán normalmente los lugares en los que mas dificultades tendremos para hacer derivar correctamente la mosca. Y las derivas no deberán ser cortas, serán cortísimas, y repetiremos pocas veces el lance en cada postura. Recordemos siempre que son truchas de primera oportunidad. Si hemos lanzado a una postura que creemos propicia y hemos obtenido una deriva correcta sin resultado, mejor intentarlo solo una vez más y seguir rio arriba. Cuanto mas rio recorramos mas posibilidades de éxito tendremos.


Los puntos calientes a los que prestaremos especial atención serán las posturas cercanas a grandes piedras, visibles o sumergidas. Los cortados que a veces se producen en las orillas debido a la erosión de las crecidas (especialmente si hay vegetación y se forman zonas sombreadas: protección, alimento que cae desde la vegetación... Una bomba). Las playitas de poca profundidad justo en el limite entre la corriente y donde comienza el remanso. Las cebecras y colas de cualquier pocito que se pueda formar. Y especialmente los lugares donde se combinan dos o más de estas zonas.


A partir de aquí solo necesitaremos unas buenas piernas; unos víveres como dios manda (personalmente la combinación de barritas de cereales, anacardos y bocata de chorizo de Ezequiel la veo insuperable); ropa de abrigo ya que el clima puede variar en minutos y protección solar para que el viaje de vuelta en el coche no bajemos todos los santos del cielo (esto es mucho mejor dejarlo para el día siguiente por la mañana, cuando las agujetas nos recuerden que a lo emjor no viene tan mal un poquito de deporte de vez en cuando).


Y un punto fundamental para este tipo de pesca y cualquier otro que vayamos a realizar: siempre que sea posible nuestros pies no tocarán el agua, no proyectaremos sombras sobre el cauce, evitaremos los destellos metálicos y pescaremos siempre en primer lugar las posturas de la orilla por la que transitamos.


Para los que se preocupan por la ropa, en estos escenarios, yo elegiría azules pálidos y grises, ya que lo que tendremos detrás nuestra la mayor parte del tiempo será el cielo.


2) Rios cerrados.


Nos encontramos ahora un poco mas abajo en lo que al rango de altitud se refiere (siempre hablando en general). Rios de media montaña cruzando el bosque, menos escalonados que en el caso anterior, con alguna tablita que nos permita relajarnos levemente y truchas con un tamaño medio un poquito mayor y una dieta algo mas variada y abundante.


El equipo aquí es fundamental. Desde mi punto de vista el límite máximo para la caña está en los 8'. Mis preferidas para estos escenarios son de 7' ya que me permiten moverme en zonas muy cerradas y al mismo tiempo lanzar cómodamente allá donde el rio se abra un poco. He tenido cañas desde los 5' y menos de 7' para mi gusto no tiene mucho sentido; y de 7'6'' en adelante ya empieza a estorbar un poco. De ahí que los 7' sean mi medida ideal.


Problemas: "He enganchado". "No tengo espacio para lanzar". Soluciones: practicar. No hay secretos. Deberemos recurrir a lances rodados, a ballesta, haciendo que nuestro bucle se abra por debajo de la caña tanto en el lanzado trasero como en el delantero, lanzados laterales... Y nunca nos olvidaremos de variar nuestra posición. A veces un lance complicadísimo aguas arriba se vuelve pan comido si nos salimos del rio y hacemos una aproximación aguas abajo.


El sigilo es fundamental. En este tipo de rios es difícil transitar por fuera del agua, así que avanzaremos despacio, las orillas serán nuestro objetivo principal. Nos centraremos en aquellos lugares donde las corrientes tiendan a acumular el alimento. Aprovecharemos las zonas de más corriente cuando queramos cambiar de orilla en el rio. Nos desplazaremos siempre aprovechando las sombras de la vegetación de la orilla. Si nos vemos obligados a agacharnos o arrodillarnos dentro del cauce, lo haremos lentamente y una vez que estemos en la posición deseada esperaremos uno o dos minutos antes de realizar el lance. Seguimos enfrentándonos a truchas de una sola oportunidad en la mayoría de los casos y nos conviene presentarles nuestra mosca cuando su grado de alerta es bajo.


En este tipo de rios a menudo nos encontramos con una mayor densidad y variedad de macroinvertebrados, por lo que en mi caso las moscas a utilizar son las mismas que en cualquier tramo medio o bajo de los rios. Saltonas, patosas, bétidos, hormigas... Si tuviese que elegir solo tres moscas me quedaría con una saltona con el cuerpo oliva en cul de canard, tejadillo en flor de escoba encendido y hackle rubión en pluma de León en un anzuelo del #16; una hormiga (sin alas) montada en paracaídas con el poste en blanco (recordemos que generalmente son rios sombrados).
Un apunte fundamental sobre las hormigas no aladas. El tamaño nunca importa. Pensemos que no son macroinvertebrados acuáticos y que se ponen al alcance de las truchas siempre por accidente. Por tanto, lo mismo puede caer al agua una hormiga de 11 mm que una de 6 mm. Así que no tengamos miedo, solo aseguremonos de poder verla bien en acción de pesca; y una emergente de oreja de liebre con alas en cul de canard en un #18. En todo caso moscas no muy elaboradas y "baratas", pues serán frecuentes los enganchones y no será extraño perder algunas. Y jamás deberemos dejar de hacer un lance por temor a enganchar o perder la mosca.


Y hablando de temor, la mayor dificultad que encontraremos en este tipo de rios enmarañados no se soluciona con ninguna técnica, ya que nuestro principal problema va a ser el miedo. Todos hemos oído aquello de "pues sí, está bien de truchas, pero está aquello tan cerrado que no hay dios que pesque allí". Pues sí hay quien pesque allí, y sin necesidad de ser ningún ente celestial. Simplemente deberemos ir a estos tramos como a cualquier otro, con la mente y los ojos abiertos y pensando en disfrutar del rio y de sus pobladores. Si se da bien, perfecto. Si se da mal y encima perdemos media caja de moscas, otra vez será... Si no vamos nosotros, alguno se encargará de disfrutarlo en nuestro lugar (o de destrozarlo debido a la nula vigilancia, pero en esto más vale no pensar).




A.C.A. Madrid, enero 2012.

lunes, 2 de enero de 2012

PESCANDO AL AGUA.

- Consideraciones generales.


Generalmente utilizamos la expresión "pescar al agua" para aquellos momentos en que, ante la falta de actividad de las truchas, vamos buscando las posturas que creemos mas querenciosas para presentar una imitación lo mas adecuada posible a las circunstancias para despertar el apetito o, quizá, el instinto territorial de las pintonas.


Si bien es cierto que esta táctica de pesca tuvo su momento álgido hace bastantes años, cuando con una tricolor podía vaciarse un rio de peces, no es menos cierto que no es solo la escasez de truchas lo que ha hecho que de ser un sistema de pesca que garantizaba el éxito se haya convertido en la mejor forma de volver a casa preguntándonos qué hemos hecho mal. Y esto no solo es debido a la menor densidad de peces, acompañada por cierto de una muy superior presión pesquera, sino que en tiempos recientes se han ido generalizando e imponiendo otros sistemas de pesca que han demostrado mayor efectividad: pesca con ninfa en cualquiera de sus modalidades, pesca con streamers y pesca con tándem seca-ninfa.


Aun así, yo, que personalmente creo que es el mejor sistema de pesca en el que me he manejado -lo que no significa que sea mi preferido- y aunque los utilice todos por igual, voy a tratar de romper una lanza a favor de esta denostada táctica de pesca, que si bien parece haberse convertido en el recurso de los acérrimos defensores a ultranza de la pesca "solo a seca", puede deparar divertidísimas jornadas de pesca; quizás ya no por la cantidad de las capturas pero sí por el mérito y satisfacción que puede proporcionarnos cada una de ellas. Y que en determinadas zonas y rios alejados de los círculos habituales, zonas de media o alta montaña, rios ácidos con poca densidad de macroinvertebrados acuáticos etc. sigue siendo una técnica perfectamente válida y altamente eficaz si se efectúa correctamente.


 - La lectura del agua.


Esto es parte fundamental en cualquier sistema de pesca que implique no dirigir nuestras imitaciones hacia un pez concreto, bien porque éste se esté cebando, porque le hayamos localizado o porque de algún modo nos haya delatado su presencia.


Es opinión generalizada que la lectura de las posturas es algo que se aprende con horas de rio, aunque también se haya escrito lo indecible sobre ello en castellano, inglés y francés, y supongo que también en muchas otras lenguas dónde la pesca a mosca forme parte del vocabulario piscatorio, pero como son idiomas que yo no manejo no me queda mas remedio que ignorar forzosamente cualquier opinión que se haya podido verter. Y esto de la lectura del agua daría para muchos artículos por sí mismo, dependiendo del tipo de rio, tipo de peces y tipo de imitaciones que queramos imitar, ya que no es lo mismo pescar al agua con un tricóptero que con un escarabajo.


Aun así vamos a intentar dar unas pautas generales a tener en cuenta en casi cualquier situación. Lo primero de todo es tener en cuenta nuestra propia experiencia en el lugar a pescar. Si hemos pescado con éxito un lugar concreto en una fecha concreta debido a una eclosión masiva de tricópteros, lo lógico es que volviendo a ese lugar, u otro cercano o de características similares, y ante una total ausencia de actividad, empecemos por pescar con la imitación que nos dio buenos resultados en aquella ocasión anterior. Si nos enfrentamos a un tramo nuevo y completamente desconocido no tendremos mas remedio que seleccionar una imitación de nuestra total confianza que nos haga concentrarnos exclusivamente en localizar cada piedra, cada raíz de la orilla, la orientación del sol en relación a la proyección de nuestra propia sombra, cada micro-corriente que pueda ser vena fundamental de alimentación de alguna trucha, qué sabemos de antemano del tramo en el que vamos a pescar, si tiene predominan las truchas salvajes o de repoblación, si son comunes o arco iris, etc. Y para todo esto, como decía al principio de este apartado, no hay recetas mágicas ni lecciones magistrales, todo se lo deberemos a nuestra propia experiencia. El único secreto es hacer memoria recordando anteriores situaciones para manejar el mayor número de factores posibles intentando ejecutarlos todos correctamente.


 - Las imitaciones.


Si bien existen una treintena de imitaciones procedentes de diferentes escuelas de las que nadie duda de su éxito me gustaría mas centrarnos en qué debemos buscar en una imitación para pescar al agua antes que en hacer una básica enumeración de modelos o patrones de montaje.


Pero como puede ser que hubiese algún neófito al que no me gustaría dejar a medias, intentaremos resumir lo máximo posible, incluyendo todas las escuelas de pesca y montaje (francesa, española, anglosajona y centroeuropea). Dicho esto, y siendo consciente de que se quedarán en el tintero magníficos modelos, lo habitual sería algo así: Adams, Royal Wulff, MP-81, MP-82, MP-44, F-Fly, Mercantour, Tricolor, Saltona, Tormentor, Laiman de Miramont, Caddis Emerger Pupa, Klinkhammer Special, Rakelhanen, Elk hair Caddis, Elk & cdc Caddis, Tup's Indispensable, Wickham's Fancy, Red-Tag, Griffith's Gnat, Cripples, Shuttlecocks, Peute, Usual`s, etc. etc. etc.


Ahora bien, ¿qué es lo que pretendemos? ¿Llenar innumerables cajas de moscas con las que abarrotar nuestros chalecos o saber qué pautas debemos seguir si pretendemos tener un par de buenas imitaciones con las que poder pescar al agua? Personalmente opino que es mucho mas productivo esto último, aunque habrá opiniones para todos los gustos, y no es extraña esa situación en la que creemos que nuestro compañero de pesca ha tenido un éxito mayor que el nuestro debido a la utilización de una imitación que nosotros no poseemos.


 Dejando al margen discusiones estériles, y mas antiguas que la  propiapesca, vamos a centrarnos en asuntos mas prácticos; y esto es: ¿qué parámetros debe cumplir una buena imitación para pescar al agua?


- Flotabilidad excelente.
- Visibilidad excelente.
- Cero factor de riesgo en relación al rizado del terminal.
- Resistencia en el montaje en caso de capturas sucesivas.
- Utilización de materiales de calidad óptima, sobre todo en el caso del anzuelo, y aplicable esta última condición a cualquier sistema de pesca, ya que el anzuelo y el terminal, que son en último caso la parte de nuestro equipo que nos pone en contacto con el pez, deben estar fuera de toda duda en cualquier situación.
Para conseguir todo esto, y si tuviese que recomendar algo, mi recomendación sería hacer cuerpos en cdc al estilo de Petitjean, que nos aseguran un flotabilidad y durabilidad perfectas, realizar tórax en dubbing de cdc o liebre ártica, utilización de materiales que proporcionen brillo y movilidad como el pelo de foca o liebre, montar unos pocos modelos de moscas, quizás con cuatro sería suficiente para pescar al agua, y en varios tamaños cada modelo, añadir postes que faciliten la visibilidad en cualquier condición de luz y montar todos estos modelos o bien sin hackle o bien con hackle en paracaídas para minimizar los problemas de rizado.


 - Consideraciones sobre el equipo a utilizar.


En mi caso utilizo una caña de 9'6'' de línea #4. No porque sea mejor que cualquier otra medida, sino porque es mi caña polivalente para cualquier tipo de escenario y táctica de pesca a la que me quiera enfrentar. En lo que al carrete, chaleco, vadeador, etc. se refiere no creo que sea necesario ni hacer una aproximación, utilicemos, como en el caso de la caña, aquello con lo que nos sintamos cómodos.


Dónde sí me gustaría hacer un pequeño inciso es en el caso del bajo de línea. Creo sinceramente que los bajos de línea hay que comprenderlos, ensayarlos, probarlos, descartarlos o conservarlos según las necesidades de cada uno. Pero en este caso, y también por si alguien puede no tener claro como empezar, voy a dar una receta que dará buenos resultados en casi cualquier condición:

Cónico de 270 cm finalizado en un 0/20, al que añadiremos  40 cm del 0/20, 60 cm del 0/18, 45 cm del 0/15 y un terminal del 0/12 de mínimo 100 cm. Creo que un 0/12 bien calibrado es un terminal adecuado para pescar al agua, pero si hay alguien que sufra la fiebre del 0/06 no es problema colocar en nuestro bajo un terminal de 0/10, añadiendo en este caso otros 30 cm del 0/12 antes del terminal.


Aun así, en una pesca dónde el tamaño y el lugar de la captura nunca son seguros me parece demasiado arriesgado bajar del 0/12 si de pescar al agua es de lo que se trata. Resultaría muy desagradable clavar un pez de buen tamaño en un pocito de un pequeño rio y que en su primera carrera hacia las raíces de la orilla nos dejase con un palmo de narices.


 - Resumen final.


Finalmente, para resumir en unos pocos puntos todas estas ideas básicas y que esto no se convierta en una infructuosa lectura más, podríamos decir que para tener cierto éxito necesitamos aplicar todos nuestros conocimientos y experiencia al entorno al que vayamos a hacer frente, deberemos utilizar moscas de nuestra total confianza que cumplan con unas condiciones indispensables y ser capaces de manejar un bajo de línea estándar, independientemente del tramo de rio en el que nos encontremos, para lograr una presentación correcta.


Y esta es la idea final con la que me gustaría que nos quedásemos. De nada sirve que hagamos todo perfecto si no somos capaces de que nuestras presentaciones sean impecables, y mas teniendo en cuenta que nos enfrentamos a peces que no están alimentándose en superficie y cuyo grado de alerta en muchos casos será mas elevado de lo que nos gustaría. En la matoría de los casos cuando estemos pescando al agua tendremos una sola oportunidad, la primera, así que es indispensable que la primera aproximación del pez a nuestra mosca sea la que nos depare el éxito de la captura.


Para profundizar en los grados de alerta y la presentación no puedo dejar de recomendar leer a Borger y Azpilicueta, y es que donde manda patrón, no manda marinero.

A.C.A. Madrid, enero 2012.

domingo, 1 de enero de 2012

Gütermann 38

Gütermann 37

Gütermann 36

Gütermann 35

Gütermann 34

Gütermann 33

Gütermann 32

Gütermann 31

Gütermann 30

Gütermann 29

Gütermann 28

Gütermann 27

Gütermann 26

Gütermann 25