viernes, 31 de agosto de 2012

The Gurgzilla.


jueves, 30 de agosto de 2012

EL MONTAJE RACIONAL

A todos nos ha sucedido en mayor o menor medida que, de repente, a la orilla del rio u ordenando el material en casa, vemos nuestras cajas de moscas, las abrimos y nos preguntamos: "¿para qué cojones quiero todo esto?".

Todos hemos pasado épocas de montaje compulsivo. De acumular cajas y cajas llenas de moscas de las que no llegamos a utilizar ni el 10% a lo largo de la temporada. Pero claro, que si para ir a este rio que no conozco voy a montar esta y esta que me han dicho que funcionan allí muy bien; que si en vez de montar cuatro o cinco iguales voy a montar veinte no vaya a ser que las pierda o las regale; que si llevo siglos recorriendo mercerías y ahora quiero montar con todos los hilos que tengo, hasta con el 158, que seguro que mojado y brincado en huevo de corral da el tono justo para imitar el imago de la baetis fantasticus mejor que ningún otro; que si tengo que copiar todos los montajes que veo en las revistas (y si buceamos por internet ni te cuento...); que si los americanos pescan a seca con solo cuatro modelos clásicos así que voy a montar y usar solo de esas, pero voy a llevar cien de cada tamaño y modelo, del #12 al #22...

En fin, que acabamos llevando cuatro kilogramos de peso en el chaleco solo en cajas de moscas, lo que nos obliga a hacer un desembolso grande en un buen chaleco porque si no la tensión acumulada en la espalda y el cuello nos impiden disfrutar de las jornadas de pesca, nos gastamos un pastizal interminable en materiales de montaje, nos compramos las mejores cajas que nos podemos permitir, y todo ello ¿para qué? Pues en la mayoría de los casos para acabar utilizando las mismas cuatro moscas durante toda la vida.

Yo confieso que he sufrido de estos males. Como el que más. Y he optado por hacer como quien deja el tabaco de golpe. Lo primero, comprar el chestpack más pequeño que he encontrado (o casi el más pequeño). Lo segundo, reducir todo el arsenal a lo que cabe en una caja Scierra de las grandes, pero eliminando el separador central (caben, si no me equivoco, 196 moscas dejando una ranura libre de por medio, y como los perdigones no precisan ranura de por medio al final caben bastantes más). Así que en esas me he visto, con 6 o 7 cajas repletas de moscas frente a mí y teniendo que elegir cuidadosamente las que sé que de verdad voy a utilizar.

Empecemos a descartar. No uso desde hace años para pescar ni efémeras clásicas con hackle y alas, ni paraloops ni paracaídas (salvo algún trico en paracaídas para pescar en tándem). Pues bien, todas esas fuera. Todas las ninfas cercanas al gramo o más pesadas fuera porque a ninfa solo pesco con ninfas muy ligeras o en tándem con una seca (bueeeeno, vaaaaleeee, dejemos un par de las gordas por si algún día baja el rio alto y tomado). Todas las moscas de principio de temporada fuera porque la verdad es que lo que me gusta es ir a rio bajo, lo mas bajo posible, y a por reos al Narcea o al Nalón, o a lo libre del Caudal cuando no hay ni diez centímetros de agua, así que pardones, olivas, pajas viejas y demás, fuera también. Las clásicas jamás las utilizo, ¿cuando fue la última vez que puse una Adams o una Royal Wulff? Ni me acuerdo, así que todas esas fuera también.

Resumiendo, que si nos organizamos, en una sola caja nos acaba sobrando sitio. Mi selección final ha sido muy sencilla: tricópteros en flor de escoba y avellanado; emergent y deep sparkle pupa en oliva, amarillo claro y gris (todas en el #16, sin complicaciones); mp-44, mp-81 y mp-82; el 3277, 3255, 580, 300 y 249 en el #18 y #20 con mechoncito de cdc y exhuvia del 300; las Usual de liebre ártica; cuatro ahogadas de pluma blanda y alguna spider; hormigas, escarabajos y caenis; tres o cuatro docenas de perdigones en oliva, marrón y alguno con brillos, dos docenas de ninfas de bétido, unas cuantas orejas de liebre (en ninfa y emergentes con cdc), una pheasant tail, alguna larva de tricóptero, un par de streamers y se acabó.

Recientemente un amigo me pidió que le mandase unas cuantas moscas para pescar en la Alta Saboya, zona que no he tenido el placer de pescar, pero informándome un poco pues he visto que los asiduos vienen a usar más o menos las mismas moscas, o parecidas, que se utilizan en ambas vertientes de los Pirineos, así que nada de complicaciones, una cajita apañada y seguro que no va a tener ningún problema para pescar con éxito (supongo que así ha sido, porque no se me ha quejado todavía, y confianza tiene, para quejarse, protestar y lo que haga falta!!). Esta es la caja que le envié:



¿De verdad necesitamos más? Es que realmente, ya no solo es por reducir las horas de montaje y cargar menos peso y menos trastos inútiles. Yo creo que nadie utiliza más de veinte o veinticinco modelos de moscas a lo largo de la temporada, salvo que se vea en la obligación de probar muchas moscas, ya sea porque compite o porque las vende (yo tengo suerte que los experimentos me los prueban dos amigos que pescan mucho mejor que yo).

Lo que me parece más importante es racionalizar nuestras compras de materiales de montaje. Todos tenemos en las cajas moscas que llevan varias temporadas sin haberlas usado, no digamos ya materiales de montaje que los usamos el día que los compramos y nunca más hemos vuelto a echar mano de ellos.

Y está claro que todo esto es así siempre que hablemos del pescador que monta moscas para sí mismo o para algún amigo. Yo me veo en la obligación de disponer de todos los materiales existentes porque nunca sé qué moscas me pueden encargar, y aparte que me parece de justicia que cualquier mosca que alguien me pida, poder montarla tal cual me la han pedido. Pero realmente, cuando me pongo a montar moscas para mí mismo, acabo pensando que tiraría por la ventana la gran mayoría de materiales de los que dispongo.

Eso sí, como aun no he podido curarme del todo, de las que me gusta usar, aún sigo montando demasiadas:


Cualquier día de los que faltan de esta semana o la siguiente habrá que subir las fotos de las que son mis diez o doce moscas indispensables, y con esas voy a pescar sin miedo a donde haga falta!!

PD. Ahora haciendo números me he dado cuenta de que si no nos ponemos freno podemos llegar a situaciones verdaderamente ridículas. Por ejemplo, vamos a pensar en una ninfa clásica, la orja de liebre. Vamos a montarla en cinco tamaños, del #10 al #18, sin bola metálica y con bola de tungsteno, montándola en los doce colores básicos y fundamentales (oro, plata, naranja fluor, cobre, negro, naranja anodizado, rojo anodizado, azul metalizado, black-nickel, blanco, chartreuse y rosa), y montando 6 unidades por cada tamaño de anzuelo y color de la bolita. Nos da en total una suma de 390 moscas. Hagamos esto mismo con la pheasant tail. Sumemos los perdigones con todas sus combinaciones de bolas y body quills, a lo que hay que añadir las secas, en las que no pueden faltar los 50 o 60 colores más míticos de sedas y rayones, tricópteros con todas las variedades de pluma de León, unas cuantas moscas americanas e inglesas clásicas y más actuales... En fin, acabaremos yendo a pescar con caddy.

miércoles, 29 de agosto de 2012

RETOMAMOS LA ACTIVIDAD

Bueno, pues después de una excesiva pausa debida básicamente a la temporada de pesca y el periodo vacacional, y a que el calor en Madrid hace casi imposible sentarse a escribir en el pc a los que no disponemos más que de un aire acondicionado portátil, ahora que el clima acompaña un poco más, permitiendo al menos dormir por las noches, y ahora que las vacaciones ya se van terminando y la temporada de pesca casi también, seguiremos con los artículos de la serie que quedan pendientes y, como siempre, con alguno de montaje de moscas.

Así que espero que nos sigamos viendo todos por aquí.