domingo, 27 de febrero de 2011

I

Por diversos avatares de la vida cada vez me he ido alejando más y más de los rios, de sus truchas, de los valles que surcan y de las montañas que los contemplan. Creo este blog como único remedio a la nostalgia que me provocan todos esos parajes naturales que ahora apenas puedo recorrer media docena de veces al año.

Afortunadamente, el montaje de moscas puede mantenerme unido a los rios que tanto echo de menos. Y solo espero que alguno de los visitantes de mi blog se tome la libertad de copiar alguna de las imitaciones aquí plasmadas; y que mis moscas, aunque sea en otras manos, sigan sirviendo para engañar algún pez que volverá a nadar libremente después de habernos hecho disfrutar de su elegante pelea y su fina astucia para detectar el engaño.

Que todos lo disfrutemos.